Freddy Mamani, arquitecto aimara boliviano, ha desarrollado su carrera enfocado en la construcción, desde que era niño y en sus vacaciones jugaba con los montes de ripio, cemento y arena con los que trabajaba su padre. De albañil se interesó por dar un paso más adelante y terminó estudiando ingeniería, construcción y recientemente, arquitectura. Sin embargo, a sus 42 años, ya ha levantado más de 60 obras en El Alto -su lugar de residencia- en donde ha sido reconocido por lo que denomina "arquitectura andina", una incipiente definición del propio Mamani, marcada por la presencia de colores llamativos y elementos geométricos tomados de la cultura Tiahuanaco, antecedente del Imperio Inca.
En el marco del Mes del Diseño, organizado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, conversamos con Mamani, quien explica en esta entrevista los principales referentes en la construcción de este lenguaje local y se defiende ante las críticas del establishment boliviano, incluyendo universidades y gremios.
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"Mi arquitectura transmite identidad, recupera la esencia de la cultura tihuanacota, a través de las iconografías andinas de Tihuanaco y también fusiona los colores de los textiles que existen en la parte andina e incluso amazónica de Bolivia", señala Mamani en esta entrevista realizada con motivo de su primera visita a Chile, dictando dos charlas en Santiago y Valparaíso.
No obstante, la lectura sobre su éxito queda coja si no ponderamos su obra en el contexto socio-político boliviano de los últimos 15 años, marcado por hitos como el ascenso en 2005 de Evo Morales -el primer presidente indígena del país- y un progresivo reconocimiento a los pueblos indígenas, quienes representaban el 62% del país en 2006, pero estaban totalmente subrepresentadas en las esferas de poder político y económico de Bolivia.
Ahora bien, específicamente en El Alto y en el mismo periodo, surgió y se consolidó una nueva burguesía aimara enriquecida en su arribo desde el campo a la desbordada periferia de La Paz (convertida en la segunda ciudad más grande del país sudamericano) y que encontró en Freddy Mamani el encaje perfecto para plasmar la arquitectura de sus inversiones inmobiliarias en El Alto.
Agradecimientos a La Nueva Gráfica Chilena, Sebastián Guajardo (Consejo Nacional de la Cultura y las Artes) y Bar Sindicato.
Freddy Mamani y el surgimiento de una nueva arquitectura andina en Bolivia